Landes, Joan B. (ed.), Feminism. The Public &The Private, Oxford y New York, Oxford University Press, 1998. pp. 507.

Margarita Roulet

La división entre lo público y lo privado es un terna clásico en la literatura feminista desde los anos 60 cuando las feministas de la segunda ola impusieron la consigna "lo personal es político" cuya elocuencia y eficacia politice continua hasta hoy. La obra que ahora comento vuelve una vez mas sobre la cuestión ofreciendo puntos de vista diferentes —algunos novedosos, otros no canto— desde perspectivas criticas que van desde posturas que rechazan llanamente la división entre publico y privado hasta otras que aceptan el mantenimiento de esferas separadas pero sustentado en nuevas bases.

El libro comprende una introducción y cuatro secciones:

1. “La distinción público/privado en la teoría feminista”;

2. “El genero en la esfera pública liberal moderna;

3. “Lugares generizados en la esfera pública de la modernidad tardía”;

4. “Subversión en el ámbito educativo (conozcamos a nuestro enemigo)” Identidad pública y privada: cuestiones para una esfera pública feminista”.

Cada una de estas secciones contiene varios artículos escritos por reconocidas especialistas en teoría feminista. Entre los autores hay también algunos escritores varones, una tendencia que es creciente en los países de habla inglesa. Entre nosotros, salvo alguna excepción, la teoría feminista sigue siendo "cosa de mujeres" y no una perspectiva que permite ampliar la comprensión de los fenómenos sociales y culturales y que ha producido y produce interesantes debates filosóficos.

En la Introducción, Joan B. Landes, que es también la editora de la obra, ofrece una serie de caracterizaciones muy útiles para comprender la diferencia de enfoque entre posturas feministas y otras que, como las concepciones liberales y republicanas, también se han ocupado del tema en cuestión. Como bien señala la autora, las feministas no inventaron el vocabulario de lo público y lo privado; por el contrario, estas palabras son comunes tanto en el lenguaje ordinario como en la tradición política. El término “publico”, opuesto “privado”, refiere a lo que atañe a todos, a la comunidad, al bien a lo que esta a la vista, a lo compartido. Por el contrario, “privado” significa algo exclusivo y cerrado.

Si bien la oposición público/privado es un rasgo coman en los argumentos políticos de liberales y republicanos, ambos entienden estos términos de modos muy diferentes. Los liberales asocian privacidad con libertad; valoran la esfera privada y defienden el derecho de los individuos a la privacidad en contra de la interferencia de otras personas y/o del estado. En contraste, los republicanos consideran que lo privado, asociado a las necesidades del cuerpo, es lo que atañe a aquellas cosas que deben esconderse, que no pueden ser vistas.

A su vez, relacionan lo público con la libertad y/o con^,la acción colectiva en nombre del bien común. Según Landes, si bien el feminismo no encaja fácilmente en ninguna de las dos tradiciones, hay rasgos de ambas que le son comunes. En efecto, tanto feministas como republicanos valoran la participación pública y, como los liberales, las feministas

creen necesario ampliar los limites de la libertad personal Pero el feminismo considera que el ámbito de lo político abarca también a la esfera privada y denuncia las consecuencias de mantener a la sexualidad, por ejemplo, como una de aquellas cosas que deben permanecer ocultas.

Ademas, las feministas se preguntan si la libertad requiere que las mujeres sacrifiquen lo emocional en nombre de la razón o que deban considerar lo domestico inferior a las cuestiones públicas. La respuesta indicaría que las concepciones de la libertad no se aplican por igual a todas las personas ni a todos los aspectos de una misma persona. Por estas y y otras razones el feminismo ha debilitado la división tajante entre publico y privado que liberales y republicanos mantienen.

Las teóricas feministas han investigado la construcción genérica de la identidad individual y social valiéndose de argumentos tornados de la teoría critica, el estructuralisrno y el postestructuralismo y han contribuido con originalidad a una comprensión más profunda de los efectos simbólicos, históricos y prácticos de

la organización de la vida privada y pública.

Si bien en los a^-nos 60 y 70 era intenso el cuestionamiento de la villa privada, en los 90 vuelve a haber una repetida referencia a to privado en la mayoría de los discursos públicos que, según Landes, puede interpretarse en términos freudianos como un “retorno de to reprimido”. Como ocurrió antes, tanto críticos como defensores de la familia, del cuerpo y de una concepción generizada de la persona se disputan el espacio publico. Pero, sin embargo, hay una creciente atención hacia los ternas privados que recorre todo el espectro político. Por cierto, afirma Landes en su trabajo introductorio, “muchos de los que protestan vehementemente en nombre del individuo son los primeros en abogar por el use del poder del estado para regular los cuerpos individuales y restringir la libertad personal. En este clima las feministas se han vuelto más conscientes de la necesidad de resguardar la identidad personal y el cuerpo y, al mismo tiempo, de revalorizar la esfera de la privacidad. Esto no significa abandonar lo político en favor de lo privado ni perder una perspectiva critica hacia la vida privada, el sine qua non del feminismo de la segunda ola. Por el contrario, las feministas han mostrado como la linea divisoria entre lo publico y lo privado esta siendo constantemente negociada” (p. 3). Esta negociación y el acto mismo de describir por donde pasa la división involucra poder, un poder que no es el mismo para todos los que trazan la linea y la defienden.

Cuestiones como estas y otras que tienen que ver con la pregunta acerca de la universalidad de la distinción público/privado, de como ella ha surgido con singular fuerza según localizaciones temporales e históricas, que es lo que hace que los 1ímites entre la vida privada y la pública son mas o menos estables preocupan a la teoría feminista y constituyen buena parte de sus investigaciones.

Los trabajos reunidos en el libro desarrollan estos ternas desde diversas perspectivas disciplinarias y muestran la variedad de orientaciones culturales de la discusión feminista de las últimas décadas. Los artículos son útiles, además, para examinar las cuestiones de la identidad de genero, por un lado y las políticas feministas por otro.