A propósito del Encuentro Internacional de Filosofía y Feminismo
Clara Kuschnir
La filosofía no es "una búsqueda desinteresada de la verdad" como solían explicarnos aquellos docentes dóciles y respetuosos de nuestra adolescencia. La filosofía aspira a que la verdad tenga alguna clase de efecto sobre el pensamiento y la existencia misma, aun cuando el resultado de la reflexión no deba anteponerse a la reflexión misma. Es ingenuo creer que quien investiga y sobre todo quien cuestiona y confronta hechos e ideas no persigue un propósito que incluso impregna la metodología de su reflexión.
Por eso, a la distancia, la experiencia de haber participado junto a un inteligente y combativo grupo de mujeres en el Encuentro Internacional de Filosofía y Feminismo realizado en México con el apoyo de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), en enero de este año, nos ha resultado particular-mente valiosa.
Fue un encuentro movilizador por varias razones: en primer lugar por la calidad de los aportes; en segundo lugar, por el carácter de "filosofía militante" de casi todos ellos. Las mujeres que hacemos filosofía no podemos eludir algún grado de fervor, en la medida en que los sucesivos esclarecimientos van modificando nuestra vida a la vez que echan nueva luz sobre el pasado y la historia de nuestra ubicación en la sociedad. Hacer filosofía implica para nosotras una propuesta siempre comprometida con el futuro.
El resultado fue un fructífero intercambio de ideas y una discusión muy estimulante. No podemos olvidar el esfuerzo físico y mental de nuestras amigas mexicanas y su permanente presencia y participación en cada uno de los debates sin desmedro de las tareas siempre engorrosas de la organización general, que en este encuentro fue impecable. Nuestro agradecimiento no se circunscribe al hecho de habernos sentido muy bien recibidas y atendidas. Abarca también al contenido mismo del "Encuentro" como posibilidad de un diálogo concreto entre mujeres de distintos países cuyas experiencias y conocimientos interactuaron durante varios días generando no sólo ideas, lo cual hubiera sido suficiente, sino además proyectos y acciones concretas.
Sería muy útil que tales encuentros se reiteren y proponemos a las autoridades de la Universidad de Buenos Aires que, siguiendo el ejemplo de la UNAM, apoyen y faciliten un próximo encuentro de mujeres dedicadas a la filosofía.