POWER, Eileen, Mujeres medievales, trad. cast., Madrid, Ed. Encuentro, 2a ed., 1986.

Roberto Marcelo Aguirre

Aunque no fue organizada como tal por E. Power sino por M.M. Postan, esta obra ha sido elaborada sobre textos inéditos de conferencias pronunciadas por E. Power y consta de cinco capítulos; el primero de ellos nos intro­duce en las ideas medievales respecto de la mujer, pero la autora nos aclara que la situación real de la mujer va a surgir de la consideración de tres aspectos diferen­tes: las ideas acerca de ella, su estatus jurídico y los datos de la vida real. Señala, además, el problema adicional derivado del hecho de que los testimonios con los que se cuenta son especialmente masculinos (la primera voz de protesta la levanta Christine de Pisan en el siglo XIV).

1.  En cuanto a las ideas acerca de la mujer, éstas se forman en la temprana Edad Media a partir de la Igle­sia (por obra de los clérigos, célibes para quienes la mujer es la suprema tentadora y puerta del infierno) y de la aristocracia, para la que la mujer no es más que un objeto de adorno y está vinculada a la tenencia de la tierra. A lo largo de los siglos XII y XIII, con aparente incongruencia, se afirma la doctrina opuesta, es decir, la superioridad de la mujer, doctrina que gira alrededor de los cultos a la Virgen María (en el cielo) y a la Dama (en la tierra) y da origen al ideal caballeresco y al amor cortés. Pero estos ideales langui­decen a fines del siglo XIII y comienzos del XIV a medida que se afianza socialmente la burguesía, recrudeciendo nuevamente "un antifeminismo secular tan brutal como el que los Padres de la Iglesia habían propuesto" (p.16).

2.  En lo jurídico, ni el concepto de matrimonio ni la ley consideran a la mujer como individuo completo sino que la sujetan al hombre.

3.    En cuanto a la vida real, la autora sostiene que más allá de las nociones teóricas, para el hombre medio medieval los hechos de la convivencia cotidiana crearon una posición social que "no fue ni de superioridad ni de inferioridad sino de ruda y vital igualdad" (p.37­38).

La dialéctica, si vale, del cielo cortesano-caballe­resco y el infierno teórico jurídico superándose en lo concreto terrenal cotidiano, es desarrollada por la autora con profusión de datos a lo largo de los cuatro capítulos restantes que nos hablan de la Dama (cap. II), de la Mujer trabajadora en la ciudad y en el campo (cap. III), de las Religiosas (cap. V) y de la educación de las mujeres (cap. IV).

Esta obra está enriquecida por importantes referencias bibliográficas agregadas como notas a pie de página por el recopilador y editor M.M. Postan.