SCHIEBINGER, Londa, "History and Philosophy of Women in Science: a Review Essay", Signs: Journal of Women in Culture and Society, 12 (1987) 2, 305-332.
A pesar de su titulo, el articulo de Schiebinger es pre-dominantemente histórico, aunque de él pueda efectuarse una lectura filosófica. El estudio del ámbito de género y ciencia requiere el examen de literatura muy diversa, y para delinear este ámbito la autora identifica cuatro abordajes conceptuales: el primero involucra los escritos de Christine de Pizan (1405) a Margaret Rossiter (1982), y quita el polvo a las contribuciones científicas femeninas negadas por la historia "oficial" de la ciencia. El segundo complementa el anterior, analizando la historia de la participación femenina en las instituciones científicas, centrándose en el limitado acceso de las mujeres a .los medios de producción científica y su status corriente dentro de la profesión. No es sino hasta 1870 que las mujeres son admitidas en las universidades de Europa y América; y solo en 1920 las americanas logran la admisión en los programas de doctorado -prerrequisito de cualquier trabajo científico serio. Aunque fue un paso importante la declaraci6n de 1964 en contra de la discriminación sexual, aún en la actualidad las barreras limitan la participación femenina a la periferia. La discriminación es a la vez territorial (relegar a las mujeres a trabajos tediosos de computación de datos, clasificación y catalogación) y jerárquica (inmovilización de mujeres capaces en rangos de asistentes invisibles y mal pagas). El tercer enfoque analiza el modo en que las ciencias (más a menudo la biología y la medicina) han definido la naturaleza femenina. Pueden distinguirse aquí tres líneas: la primera reconoce y enfatiza las diferencias entre hombres y mujeres considerándolas diferencias inevitables. La segunda minimiza las diferencias y usa las similitudes biológicas para argumentar a favor de la igualdad de los sexos. La tercera reconoce y aprecia las diferencias basadas en el género aunque sostiene que están moldeadas por la historia y el medio y no son necesariamente inevitables. El cuarto enfoque pone la mira en la naturaleza masculina de la ciencia, y procura develar distorsiones en sus mismas normas y métodos, como resultado de la ausencia histórica de la mujer de cualquier rol significativo en la construcción de la ciencia moderna. Patrones de exclusión basados en el género han distorsionado las normas y prácticas de la ciencia, a partir de la influencia de la tradición filosófica occidental que divide la labor intelectual en una serie de dualismos: razón-sentimiento, hecho-valor, cultura-naturaleza, ciencia-creencia, público-privado. Un conjunto de cualidades (razón, hecho, objeto) representan los constituyentes del discurso racional y el conocimiento científico. El otro conjunto (sentimientos, valor, sujeto) se define como impredecible e irracional. Cuando dentro de estos categorías se delinea lo masculino y lo femenino, la masculinidad se vuelve sinónimo de razón y objetividad y la feminidad de sentimiento y subjetividad.
En adición a estos cuatro abordajes, la autora procura también contrastar tres puntos de vista fundamentales dentro de ellos. El primero es que la mujer simplemente no puede hacer ciencia tan bien como los hombres (que algo en su naturaleza física, psicológica o intelectual le impide producir buena ciencia). El segundo ve la ausencia de las mujeres en ciencia como una cuestión de acceso a la educación y propone una sincera integración de la mujer. El tercero sostiene que no es suficiente para las mujeres ser científicas si la ciencia ha de proseguir su curso presente; abrir la ciencia a la mujer debe ir acompañado de hacer la ciencia más responsable.
Por último, un desafío. Desde su posición de "outsiders" las mujeres tienen una elección: pueden ingresar en ciencia y llevarla a cabo tal como es usual, o pueden usar su diferencia definida culturalmente como una plataforma para la crítica. O, si se prefiere, una pregunta: ¿Deben las mujeres modelar sus valores y métodos para acomodarse a la ciencia, o debe la ciencia moldear sus métodos y prácticas para acomodarse a las mujeres?