PERNAUD, Régine, La mujer en el tiempo de las catedrales (La femme au temps des cathédrales), Buenos Aires, Granica, 1987, 299 págs.
Roberto Marcelo Aguirre
Piensa la autora que hubo una época en que la mujer fue protagonista en la historia, correspondiendo su apogeo a la "era feudal" (ss. X-XIII), y que este protagonismo se fue eclipsando a partir de los siglos XIV/XV (Edad Media), a medida que la burguesía se afianza en el poder. Esta tesis se desarrolla a lo largo de las tres partes de que consta la obra en un estilo realmente cautivante y con profusión de datos que la avalarían. La mujer, sostiene la autora, entra en la historia -fundamentalmente masculina hasta el siglo V- con el desarrollo del cristianismo, cuyo Evangelio define la igualdad esencial del hombre y la mujer, con lo que entra en abierto conflicto con el derecho Romano vigente en ese momento, razón de las varias persecuciones habidas. Este desarrollo del cristianismo naciente es tornado como asunto propio por la mujer que se convierte en educadora y misionera: ejemplo, la conversión de Clovis (rey de los francos) de gran importancia política y debida a Clotilde, su mujer (cap. 1); es también obra de mujeres (las religiosas) el cuidado de la sanidad y educación (el primer tratado de educación escrito en Francia se debe a Dhuoda) (caps. 2 y 3). La segunda parte (Época Feudal) muestra cómo este fue período de importante desarrollo tecnológico que posibilitó la paulatina liberación de la mujer (ya no estará uncida al arado ni empleara su fuerza para mover la piedra del molino, etc.) (cap. 1), que se convertirá así en ama de su casa y centro del hogar (cap. 2), tendrá más interés y tiempo para dedicar a su propia persona. El capitulo 3 nos habla del desarrollo de la cosmética, la joyería y del ajuar propio de la mujer y de cuál fue el ideal de belleza femenina y de como ésta se convirtió en asunto no solo de poetas sino también de filósofos y teólogos. Será la mujer la creadora y centro de "ese invento del siglo XII, el amor", pero no el amor sexual sino el amor cortes y noble (cap. 4). En los capítulos 6 y 7 se analiza la situación jurídica de la mujer en tanto casada, que será en todo similar (ni señora, ni esclava sino socia) a la del marido, pudiendo comprar, vender, establecer contratos, etc., situación que se deteriorará con el renacimiento del Derecho Romano (siglo XVI en Francia por ejemplo). Amén de ello, muchas mujeres (más que en cualquier período de la historia, dice la autora) tuvieron autentico poder o influencia política (cap. 8). El ejemplo que mejor ilustra este poder de la mujer en los siglos XI y XII se encuentra en la historia de la Abadía (y Orden) de Fontevraud, que reunía hombres y mujeres (tanto damas como prostitutas) bajo la autoridad de una Abadesa que, por otra parte, debía ser viuda (cap. 5). En el primer capítulo de la tercera parte, quedará esclarecido el hecho de que a partir del auge de las universidades se iniciará un cambio de mentalidad hacia la misoginia, no obstante lo cual, en el capítulo segundo y ultimo de la obra, las historias de dos muchachas como tantas (ya no se trata de mujeres nobles), a saber, Sta. Juana de Arco (tan importante para la historia de Francia) y Sta. Catalina de Siena (decisiva para el retorno del Papado a Roma) sirven como un ejemplo de que en el siglo XV la mujer aún era merecedora de confianza.
